20 agosto 2009

Caso Cromañon: a modo de reflexion

Nadie, ni siquiera nosotros como sociedad, nos encontramos exentos de responsabilidad por la tragedia de Cromañon. Es por esto que todos deberían de asumir la parte que les toca. Más allá que se carezca de pruebas concretas para inculpar a Callejeros, considero que cierta responsabilidad tienen, no eran ciegas marionetas manejadas por su manager. Callejeros son una banda de rock, y esa noche el rock era el anfitrion de una fiesta... las cosas no salieron como se esperaba, pero por el papel representaban deberian de sentirse responsables, minimamente en el plano de lo moral. De igual manera, considero tambien que 15 imputados fue poco.... faltaron muchos funcionarios en el banquillo de los acusados, principalmente Anibal Ibarra.

Para ir finalizando quise dejarles un relato presente en el libro del periodista Sergio Marchi: "El Rock Perdido. De los hippies a la cultura chabona" que habla de una tragedia similar a la nuestra ocurrida en otra parte del mundo.... deja mucho que pensar:

“Un estúpido con una bengala le prendió fuego al lugar”. Esta cita pertenece a una de las canciones más conocidas de la historia del rock y fue compuesta en 1971. “Humo sobre el agua”, de Deep Purple, una de las mas estupendas bandas de rock pesado de todos los tiempos, narra un hecho real. El grupo tenía pensado grabar su nuevo disco en exteriores para captar la energía de la banda en máxima expresión. Decidieron que el lugar perfecto era The Casino en Monteaux, Suiza. La noche que Purple llego, en el Casino había un show de Frank Zappa and The Mothers of Invention, por lo que la descarga de equipos e instrumentos se haría al día siguiente para evitar confusiones. Deep Purple en pleno fue a disfrutar del show de Zappa; la actuación estaba cerca del final cuando el idiota de la canción detonó una de esas bengalas con las cuales se sitúa posición de altamar. El establecimiento se consumió en siete horas pero no hubo víctimas que lamentar, en parte por los esfuerzos de Claude Nobs, el promotor (también mencionado en la letra), que dirigió al público hacia la salida y activo todo el equipo contra incendios disponible (…).

(…) Si se escucha nuevamente la canción y se analiza su letra a la luz de lo que sucedió en república Cromañón, la canción adquiere un significado premonitorio (las bengalas, el incendio, la banda tocando), con consecuencias muy diferentes. Claro, se trataba de Suiza, lo que disminuía el “riesgo país” comparado con Argentina. Aunque no hay que ser muy avispado para entender que en cualquier lugar del planeta, por más civilizado y regulado que sea, también puede ocurrir un accidente y quebrar una cantidad escandalosa de vidas inocentes. Sin embargo y pese a su larga historia, el rock mundial registra pocos antecedentes de catástrofes con víctimas fatales (…).

La tragedia acaecida el 30 de diciembre de 2004 en el barrio de Once es una lamentable marca histórica: JAMAS hubo tantos muertos en un concierto musical. Ni en Argentina, ni en el mundo en ningún tiempo. La gente no debería morir en recitales; es más: concurrir a un concierto de los que fuere no debería implicar riesgo alguno mayor al de una sordera momentánea o al mal recuerdo de una noche mal invertida si la experiencia artística no es satisfactoria (…).

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