02 julio 2009

“Te llevo para que me lleves”

Primero quiero aclarar que en este post se comentaran anécdotas de nuestros rockeros con la cocaína. Pueden resultar graciosas pero al pensarlo bien no lo son. Decidí postear sobre esto ya que, al igual que la cerveza, es un elemento que se quiera o no forma parte de la cultura roquera. Una cosa no necesariamente lleva a la otra. Junto con el anecdotario dejo también información al estilo “Fleco y Male” para que tengan en cuenta de lo malo que es, y no solamente la cocaína.


Su efecto se produce directamente sobre el sistema nervioso provocando una sensación de euforia al incrementar la dopamina en el cerebro que dura unas pocas horas.


A la cocaína se la denomina de diversas maneras, entre ellas: coca, cataforesis, perico, aguacate, manteca, pasta, cocó, charlie, c, root, frula, stones, merca, camerusa, pala, pichi, papa, papuza, merluza, sniff, sniper, tecla, gambas blancas y farlopa.


La popularidad de esta droga se dio principalmente en los años ochenta y noventa en nuestro país, ya que en Estados Unidos se había puesto de moda en los setenta. Los hippies consumían marihuana y LSD, los beatnicks anfetaminas, los jazzeros comenzaron con la coca y los tangueros con los “nevados” (mezcla con tabaco)… no por nada es la frase icono de los músicos: “Sexo, Drogas y Rock n´roll”.


Nuestros músicos no solo la han consumido, sino que también escribieron sobre ella. Tal es el caso de Charly, el Indio Solari o Los Pericos. Charly la nombró en “Peluca Telefónica” y Los Redondos en “Jijiji: el mejor camino a la cueva del perico, para tipos que no duermen por la noche”...


Un video fuerte pero claro a la hora de referirse a los daños irreparables que provoca en el organismo esta droga.



Anecdotario argento:
(Extraído de la Revista La Mano del mes de Agosto de 2005)


*** Corría el año 1983 y un grupo de popularidad estaba grabando su segundo disco. Sobre las cintas de grabación se realizaban marcas con lápices de cera blanca. Uno de los técnicos había realizado una marca con el lápiz sobre una tapa metálica al lado de la consola de sonido. Cuando los músicos la vieron se dieron cuenta de que era no era una “raya”, pero cuando llego el cantante encaró derecho a la línea y tras intentar aspirar dijo: “huy, que mal que ando de puntería” , le paso el dedo por encima y agrego: “huy, se hizo moco”. Siempre sin darse cuenta de que era una simple marca de lápiz.


*** El dealer organizó una fiesta en un famoso restaurante de Palermo con mucho vino, whisky y cerveza. Sin embargo no era suficiente, lo mejor venia con la piñata. En medio de la pista colgaba una gigantesca piñata que al romperla llovieron cientos de papelitos de colores para los invitados VIP.


*** Un baterista muy egoísta impuso a finales de los 80´ la frase: “no, me queda muy poca”. Lo insólito era que lo decía mientras abría su bolsita recién entregada por el dealer.


*** Hay diversas maneras de traficar la droga, pero en ese aspecto los músicos no son muy creativos. Las formas más simples de trasladarlas era en los amplificadores o en los estuches de los instrumentos. Sin embargo, ¡esos siempre terminan siendo arrestados! Es lo que le ocurrió a un integrante de una legendaria y pionera banda de La Plata, cuando a principios de los años setenta gano la lotería, se fue a Londres a convencer al sello Virgin para contratarlos, y mando pasajes para que el resto del grupo lo alcanzara. Pero Scotland Yard los paró en el aeropuerto porque había “algo” en el estuche de la guitarra. Perdieron el contrato internacional, claro.

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